Misael Escorcia R.
Dicen que el que paga la encuesta gana en esa encuesta. A menos que la haga un estudiante como tarea de primer año de mercadotecnia, las encuestas son reveladoras.
Claro que el que paga la encuesta gana, pero no en el documento estadístico, sino en el resumen que su partido hace público y modifica con la intensión de incidir en el 1 o 2% de la población que aún es afectada por este bulo.
Antes valía hacer algo así… 3 medios de comunicación con 10 canales, de los que 11 eran oficiales. La encuesta era un artículo de fe para los militantes de cada partido y espejito para los indecisos.
Con el advenimiento de las redes sociales y la diversificación en la obtención de la información, así como el crecimiento educativo y filosófico de los electores; estos documentos se toman como chistes o pruebas de desesperación.
¿Por qué digo que las encuestas son reveladoras? – Bueno, hay que ir al documento estadístico real y la técnica de la obtención de la información; lo que es muy complicado de obtener. Hay algo más sencillo: Investiguemos que casas encuestadoras han tenido una credibilidad a lo largo de los años, su asertividad, su método y los sesgos políticos a los que responde.
Realiza una tabla de comparación y quitando picos y valles, obtendrás un dato revelador del comportamiento político de tu localidad y las posibilidades de ganar del candidato o color que mejor llena tus expectativas.
En política no está nada escrito, pero es mejor tener un dato en mano que una corazonada… ya nos ha ido muy mal con las corazonadas en candidat@s guap@s, populistas, simpátic@s o buen@s para el rollo de las promesas.
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