Tokio parece estar en camino de albergar unos Juegos Olímpicos en gran parte sin espectadores, ya que una nueva ola de COVID-19 desencadenó un nuevo estado de emergencia y asestó otro golpe a un evento que alguna vez se consideró una prueba de que el mundo ha derrotado la pandemia.
Se espera que los fanáticos sean excluidos de todos los eventos en Tokio y áreas circundantes, dijo el periódico Asahi, citando a funcionarios no identificados, justo cuando el gobierno anunció que colocaría a la ciudad en estado de emergencia.
El jefe del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, aterrizó en Tokio el jueves y tenía previsto reunirse con los organizadores y representantes del gobierno japonés para tomar la decisión oficial.
Es poco probable que el estado de emergencia lleve a la cancelación de los juegos, que se desarrollarán del 23 de julio al 8 de agosto, y funcionarios del comité organizador aseguraron previamente que están preparados para realizar eventos sin espectadores en caso de ser necesario. Aún así, los estadios vacíos se sumarían a los escándalos, costos excesivos, demoras y controles de virus para socavar el propósito original del evento de permitir que un Japón modernizado ocupe el centro de atención mundial.
«Sin espectadores, no habrá viajes domésticos, no habrá visitantes de las regiones y también desaparecerá toda la demanda de viajes y restaurantes relacionados», explicó el economista Atsushi Takeda del Instituto de Investigación Itochu.
Los espectadores extranjeros ya han sido excluidos de los juegos.
El regreso al estado de emergencia representa un revés político para el primer ministro Yoshihide Suga, quien se ha resistido a cancelar los juegos a pesar de la oposición de gran parte del público japonés. El primer ministro de 72 años, que enfrenta una elección de liderazgo del partido gobernante y una elección general en los próximos meses, levantó la emergencia en Tokio en junio, a pesar de las advertencias de que hacerlo sin más vacunas podría contribuir al tipo de aumento. que la capital está viendo ahora.
Suga dijo en una reunión del grupo de trabajo que planeaba declarar una emergencia en Tokio hasta el 22 de agosto, luego de que los casos de virus en Tokio aumentaran a 920 el miércoles, el número más alto desde el 13 de mayo. Este jueves se registraron otros 896 casos en la capital.
Suga agregó que las vacunas estaban comenzando a mostrar un efecto y que la emergencia podría terminar prematuramente si la situación mejora.
Las infecciones diarias han ido en aumento desde que la ciudad puso fin a su tercer estado de emergencia el 20 de junio, mientras que solo alrededor del 15 por ciento de la población de Japón está completamente vacunada. El capital representa aproximadamente una quinta parte de la producción económica nacional.
Los organizadores olímpicos habían decidido en junio limitar los espectadores a 10,000 por lugar o al 50 por ciento de la capacidad del lugar, lo que fuera menor. El gobierno había estado considerando recientemente reducir ese número a 5,000 espectadores por lugar, según informes de los medios nacionales.
El máximo asesor de COVID del gobierno ha dicho en repetidas ocasiones que sería preferible realizar los juegos sin espectadores y reducir la asistencia de otras personas relacionadas con el evento que no están clasificadas como espectadores.
Dado que es probable que los fanáticos sean excluidos de la mayoría de los eventos olímpicos, el consumo de alcohol está restringido y las autoridades piden al público que se quede en casa, con la esperanza de que los juegos marquen un punto de inflexión psicológico hacia la vida después de que la pandemia esté casi extinta.
Aunque a Japón le ha ido mucho mejor que a otras naciones ricas para mantener bajas las cifras de infección, la campaña de vacunación del país tuvo un comienzo lento y, después de acelerarse rápidamente, ahora enfrenta problemas de distribución localizados. Las encuestas de opinión muestran que los votantes son críticos con el manejo de Suga tanto del virus como del programa de vacunación.