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Liderazgo de alto vuelo: 4 reglas de seguridad en aviones que puedes aplicar en el trabajo y la vida

Imaginemos que estamos en un vuelo comercial, listos para despegar hacia nuevos horizontes. Mientras los motores ronronean y los asientos se acomodan en su lugar, algo más allá de la comodidad de los asientos capta tu atención: las palabras de los responsables con sus mensajes de seguridad a los pasajeros.

Aunque se repiten en cada vuelo, estas instrucciones contienen una sabiduría que trasciende las nubes y conecta con los aspectos más profundos del liderazgo de personas, y también con nuestro desarrollo personal.

Los invito a revelar las enseñanzas ocultas detrás de las demostraciones de seguridad de los aviones. Podrás observar cómo estas lecciones resuenan tan fuertemente en ti que te volverás más consciente de cómo aplicarlas en tu vida diaria, incluido el trabajo.

Tanto si has volado en avión como si no, la siguiente guía resume las siete instrucciones imprescindibles que debes saber en el aire, y también con los pies en la tierra, para mejorar tu liderazgo en el trabajo y el autoliderazgo de tu propia vida. .

1 – Comunicación clara y concisa

Por los altavoces se oye algo como “A partir de este momento, por motivos de seguridad y para evitar interferencias con los instrumentos de vuelo, los teléfonos móviles deberán permanecer desconectados durante todo el vuelo”.

Enseñanza: la claridad del mensaje y la explicación concreta aclaran dudas. Incluso en pasajeros testarudos mandando whatsapp de última hora con el avión empezando a ascender.

En el trabajo y en la vida personal, la comunicación directa y clara es fundamental para evitar malentendidos y estar en sintonía con nuestros objetivos. Apagar o silenciar los móviles es una metáfora de cualquier otra distracción, por ejemplo, los ruidos del ambiente que no nos permiten entendernos, la televisión encendida o las conversaciones desafiantes en el trabajo a puertas abiertas.

2 – Preparación y planificación

Unos segundos después se escucha: “Estimados pasajeros, vamos a realizar una demostración sobre el uso de cinturones de seguridad, chalecos salvavidas, máscaras de oxígeno y ubicación de salidas de emergencia”.

La lección aquí es que, al igual que en un vuelo, en el liderazgo y en la vida, la preparación y planificación adecuadas nos ayudan a enfrentar desafíos inesperados de manera efectiva. Es necesario considerar con antelación planes de contingencia, tener un procedimiento en caso de crisis y saber quién está a cargo y cuáles son los roles, para saber claramente qué instrucciones seguir.

3 – Predicar con el ejemplo

“Unas líneas luminosas en el suelo te guiarán hacia las salidas de emergencia” – se escucha cuando estamos a punto de despegar – “Ten en cuenta que en este avión hay 8 salidas de emergencia claramente marcadas”.

El aprendizaje es que, a la hora de liderar equipos y también nuestra vida, es importante tener claro cuál es el camino, mostrarlo al entorno que nos acompaña y predicar con el ejemplo. Esto es lo mejor que puede hacer para inspirar a otros y contribuir al éxito conjunto.

“Un viaje de mil millas comienza con un solo paso”, dijo el filósofo oriental Lao-Tsé. Lo que no explicó allí es que si no sabes a dónde vas, será muy difícil encontrar el destino que deseas, a menos que tengas buenos capitanes y tripulación, y excelentes guías.

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4 – Adaptabilidad

De repente, tienes unas ganas enormes de beber agua, o de ir al baño, y ¡oh! Las señales de abrocharse el cinturón se encienden porque hay una zona de turbulencia considerable.

“Estimados pasajeros: se ha encendido el aviso de abrocharse el cinturón de seguridad. Quédate sentado…” Te impacientas. Te enojas por dentro. Y al rato anuncian: “Lamentamos informarles que no podemos ofrecer el servicio de alimentación previsto para este vuelo, debido a las turbulencias”.

Y tú, con el estómago apretado por las ganas de comer algo, deshidratado en los últimos cinco minutos -como si estuvieras en el Sahara durante una semana-, más esas ganas inmensas de levantarte y caminar por el pasillo, necesitas adaptarte. y sé flexible para entender cuál es el bien mayor: permanecer en tu lugar.