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Rompiendo barreras en la lucha contra el cáncer: La nueva estrategia para minimizar tratamientos y toxicidad en la oncología

En oncología, menos también puede ser más. El sector evalúa en sus ensayos clínicos tanto la posibilidad de reducir el número de tratamientos con los mismos resultados como la minimización de su toxicidad para mejorar la calidad de vida de los pacientes.

La ciudad estadounidense de Chicago, que de viernes a martes ha reunido a unos 40.000 profesionales en el congreso anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), ha sido el punto de encuentro de estos avances. y nuevas prácticas.

Entre ellos, el impulsado por la empresa hispanoamericana de investigación en oncología clínica MEDSIR, que con su ensayo de fase II PHERGain demostró que adaptar la terapia contra el cáncer de mama HER2+ operable en fase inicial, para ajustarla en función de los resultados que se van dando a cada paso , sin empezar por los más agresivos, permitió que el 30% de los pacientes evitaran la quimioterapia, esto ayudaría a reducir los tratamientos invasivos.

Otro estudio, financiado en Suiza y el Reino Unido, mostró que la radioterapia puede no ser necesaria después de la quimioinmunoterapia (quimioterapia combinada con inmunoterapia) en pacientes con linfoma primario de células B grandes del mediastino, una variedad de linfoma no Hodgkin.

El Dr. Enrique Grande, jefe del Servicio de Oncología Médica del MD Anderson Cancer Center Madrid, ha comprobado que la quimioinmunoterapia contra el cáncer de vejiga metastásico no mejora la supervivencia global de los pacientes, lo que invita a plantearse «dejar de utilizar tratamientos que no aportan más valor que toxicidad”, según explicó a EFE.

Y otro estudio impulsado por Estados Unidos y en el que participan 10 países, entre ellos España, ha avanzado que el inhibidor vorasidenib, en tratamiento oral, frena la evolución del glioma de grado 2 con mutación en el gen IDH, un tumor cerebral maligno, por años, retrasando así la necesidad de someter al paciente a quimio y radioterapia y mejorando su calidad de vida al evitar sus efectos secundarios.

El centro de convenciones McCormick Place, el más grande de América del Norte, ubicado a orillas del lago Michigan, volvió a erigirse como escenario de estos avances y como plataforma desde la que se instó a los trabajadores de la salud a repensar su comportamiento: no solo se trata con ciencia, pero también con empatía, ha dicho el hasta ahora presidente de ASCO, Eric Winer, que ha cedido el relevo a Lynn Schuchter.

La oncología busca reducir los tratamientos

La nueva jefa de ASCO girará su mandato en torno al tema «El arte y la ciencia de la oncología: del alivio a la cura». Aunque todavía no existe una solución indefinida para muchos tipos de cáncer, mejorar el día a día de los pacientes contribuye de forma significativa a su bienestar.

Desde evitar la caída del cabello con crioterapia hasta aprovechar los usos terapéuticos del cannabis, esto es lo que proponen los tratamientos reductores.

“Ojalá hubiera enfoques más innovadores. Todavía estamos aprendiendo a usar estas técnicas más antiguas de manera más efectiva”, explica el Dr. Richard Lee, director médico de la organización City of Hope, dedicada precisamente a marcar la diferencia en la vida de los pacientes con cáncer, diabetes y otras enfermedades. enfermedades amenazantes.

La calidad de vida después del tratamiento es crucial porque hoy en día «se están curando más pacientes que nunca», pero faltan recursos y financiación, admite. Esto provoca desigualdad no solo entre países, sino también entre pacientes dentro de un mismo país.

La «peor manera» de financiar el tratamiento, como subraya a Efe Felicia Marie Knaul, directora del Instituto de Estudios Avanzados de las Américas y presidenta de la ONG mexicana de lucha contra el cáncer Tómatelo a Pecho, es que cuando se necesita el servicio, el paciente tiene que pagar de su bolsillo: «Para el paciente es una presión insoportable».

Este congreso ha coincidido en un momento de acentuada escasez de medicamentos contra el cáncer.

En Estados Unidos, catorce medicamentos para el tratamiento de la enfermedad han entrado en la lista de medicamentos de los que hay escasez de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA).

La FDA achaca la situación a los problemas de calidad en la fabricación, al aumento de ciertos fármacos durante la pandemia y al hecho de que algunos fabricantes tanto de vacunas como de fármacos se encuentran ante el dilema de elegir a cuál dar prioridad.

Algunos de ellos, como el cisplatino y el carboplatino, aparecen de forma recurrente en los tratamientos y el sector se adapta con llamados a aumentar la producción nacional y las importaciones para evitar retrasos en las terapias.

No todos los fármacos experimentales ni su uso actual son esperanzadores, pero no llegar a las conclusiones esperadas también es una lección útil.